Análisis del libro: "Los de abajo" por el autor Mariano Azuela
Redactado por: Jesús Alberto Meza Pérez
Los de abajo, es el título de una novela
escrita por Mariano Azuela, quien se inspira en el movimiento armado
Revolucionario mexicano; por formar parte del equipo médico a cargo de
Francisco Villa. En dicha obra, el autor vislumbra y narra novelesca y majestuosamente
aquel suceso, haciendo uso de un nutrido y rico contenido descriptivo de los
hechos mediante las palabras, que marcan su experiencia particular de ver la
Revolución y sus trágicas escenas de miseria y muerte. Escrito con un lenguaje
directo y bello a la sencillez dada la sinceridad y valentía de aquel hombre
que ha convertido su obra de carácter histórico-narrativo, en todo un clásico
de la literatura en México.
Del análisis contextual de la novela;
observamos que las acciones transcurren en plena Revolución Mexicana (1910), la
cual se caracterizó por ser un movimiento de armas, iniciado para terminar la
dictadura de Porfirio Díaz y culminada oficialmente con la nueva promulgación
de la constitución de 1917. Dicha gesta revolucionaria tuvo gran impacto en los
círculos obreros, agrarios y anarquistas a nivel internacional, pues la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 fue la primera en
el mundo en reconocer las garantías sociales y los derechos laborales
colectivos. Se estima que en el transcurso de la lucha murieron aproximadamente
un millón de personas, entre civiles y militares.
El lenguaje con el cual fue escrito, goza de
una riqueza cultural impresionante, donde el regionalismo tiene cabida e
indiscutiblemente proporciona al lector situarse dentro de las raíces propias
del legado histórico de México. La capacidad narrativa y descriptiva que el
autor presenta, no tiene igual y es muy minuciosa hasta en los detalles más
mínimos. Por lo tanto es muy fácil identificarse y adentrarse profundamente en
la historia que nos narra. De principio a fin, hubo momentos en los que, debido
al coloquialismo puro empleado; detona en una difusa noción del contexto entre
los diálogos de los personajes y el lector. Y aquellas personas extranjeras que
desconozcan el regionalismo dentro del cual está inmersa la obra literaria;
ello dificultará notoriamente la percepción e interpretación personal de quien
la lea. Como mexicano que soy, no tuve mayor problema, salvo algunas palabras que
no logré identificar.
Prosiguiendo con el análisis, toca el turno a
los personajes del relato. Encuentro a dos principales: Demetrio Macías, el
cual es un dirigente indígena sublevado en contra de Don Mónico, cacique de El
Limón, una localidad de la cual era oriundo. Y Luis Cervantes, el cual era
corresponsal de El país en tiempo de
Madero. Él escribía furibundos artículos en El
regional. Militaba con los federales y desertó; acabando entre las filas de
los “bandidos”. Jugó un papel importante y es responsable de modificar y
ensillar la percepción y conductas equívocas entre las que entraba el saqueo,
la destrucción que mantenían Demetrio Macías y sus muchachos rebeldes. Y en una
de tantas conversaciones que sostuvieron Demetrio y Cervantes. Destaco ésta
cita desde la perspectiva analítica de Luis Cervantes. – “La Revolución, beneficia
al pobre, al ignorante, al que toda su vida ha sido esclavo, a los infelices
que ni siquiera saben si lo son es porque el rico convierte en oro las
lágrimas, el sudor y la sangre de los pobres”.
Así bien, existen otros personajes que
destacan en la historia:
La
Codorniz.
Camila.
La
pintada.
Anastasio
Montañés.
Manteca.
Venancio.
Güero
Margarito.
Alberto
Solís.
Personajes
secundarios.
Agapita.
Remigia.
Maria
Antonia.
Primitivo
López.
Pánfilo
Natera.
Personajes
terciarios.
Carranza.
Villa.
Carrera
Torres.
Madero.
Sacristán.
Teniente
Campos.
En los primeros destacan las carencias
materiales y físicas. Esto debido a la pobreza y analfabetismo que imperaba en la
época; tanto que muchos forajidos (así eran considerados los combatientes
rebeldes opositores al gobierno) optaban por destruir y quemar libros, donde
unos cuantos letrados, rescataban lo poco que podían. La vestimenta de aquellos
hombres analfabetas y humildes era sucia, hecha jirones, sombreros de copa y
algunos semidesnudos. Con una alimentación precaria; chile, blanquillos y
frijoles en su mayoría. Las personas vivían al día a día. Esto claro lo padeció
también Luis Cervantes, quien no compartía precisamente aquella clase social
baja. Él era letrado, culto, de clase media y con conocimientos médicos. Así
mismo, los personajes secundarios, al igual que los primeros en un inicio
padecieron muchas necesidades humanas y materiales, lo cual cambia conforme la
historia alcanza su clímax.
Había además desigualdad numérica y poca
coordinación estratégica en el bando de los rebeldes, los cuales supieron
contrarrestar aquellas adversidades y carencias entre materiales y físicas por
el coraje e ímpetu que anidaba en su espíritu combativo que antepusieron ante todo.
Su heroísmo y amor por la patria motivaba proseguir el camino para derrotar al
enemigo común: el opresivo y mal gobierno.
Para finalizar este análisis, referiré la
siguiente cita del libro los de abajo,
que dejó clara necesidad de continuar con la lucha armada, aún después de
alcanzar el objetivo de derrocar al Dictador Díaz bajo el precepto de sufragio
efectivo, no reelección; esto sucedió dado el incumplimiento de Francisco I.
Madero a sus compromisos de campaña, por los cuales, gente como Demetrio Macías
se sublevaron. Una vez electo Presidente de México, ésta fue su declaración: “Amigos,
muchas gracias; ahora vuélvanse a sus casas. Ustedes, que me levantaron hasta
la Presidencia de la República, arriesgando su vida, con peligro inminente de
dejar viudas y huérfanos en la miseria, ahora que he conseguido mi objetivo,
váyanse a coger el azadón y la pala, a medio vivir, siempre con hambre y sin
vestir, como estaban antes, mientras que nosotros, los de arriba, hacemos unos
cuantos millones de pesos”. Esto fue claramente la sentencia para Madero, al no
cambiar la manera de gobernar y hacer política; nada cambió en lo absoluto, siguió
la misma línea que su antecesor Porfirio Díaz. Por lo que desató más hechos de
sangre en contra del mal gobierno de esos ayeres. Por tanto, la Revolución
Mexicana surgió para hacer un cambio total en la administración;
desafortunadamente no sucedió. La lucha por la silla presidencial y del poder continuó,
entre traiciones y muerte, mi México querido se fue sumiendo en un letargo
económico, cultural y educativo del que hasta hoy día no ha podido salir del
estanco.


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